viernes, 25 de mayo de 2012
Yo no esperaba nada de nadie y llegaste vos, y te llevaste por
delante todas las
barreras que nos acercaban. Yo no quería
saber nada del amor. Yo sabía como era la cosa, primero
te enamoraban y
después de desilusionaban. Definitivamente a mi corazón
lo cuidaba yo y no iba ser
parte del típico juego. Más aún me sorprendió que te hayas quedado después de
conocer mi verdadero yo.
No soy una chica fácil y mucho menos si hablamos de mi humor.
Supongo que mi prueba más difícil fué aceptar que me
querías por lo que soy.
lunes, 21 de mayo de 2012
Esta
bien, reconozco que el papel del amor no es el que mejor me sale. Que quiero lo que no tengo y me disgusto por lo
que sí tengo. Que muchas veces no me conformo con lo que me dan, y voy en busca
de más. Reconozco que me doy cuenta de lo que
quería cuando finalmente lo perdí. Que extraño sin necesidad y que el
masoquismo ya esta en mi ser. Que lo fácil me aburre y que lo difícil me
encanta. Que no soy tu mejor amante pero podría aunque sea intentarlo y a
pesar de todo ¿sabes qué? Podría intentar formar algo, porque no soy cobarde,
porque en el fondo se lo que estoy buscando, lo que estoy necesitando y eso es
lo que altera mis sentidos... necesitarte a vos.
No me gusta querer a la gente, en algún momento se vuelven tan importantes, que son capaces de hacer daño sin darse cuenta, y todo lo que te han dado, te lo pueden quitar. ¿Sería hipócrita de mi parte decir que el amor es para algunos?, para aquellos que se sientan tan estúpidamente felices y confiados de que nadie les hará daño. Por que yo vivo con miedo, a que alguien vuelva a hacerme sentir así.
jueves, 17 de mayo de 2012
Cuando me amé de verdad, comprendí que en cualquier circunstancia, yo estaba en el lugar correcto y en el momento preciso. Y, entonces, pude relajarme. Hoy sé que eso tiene nombre… autoestima.
Cuando me amé de verdad, pude percibir que mi angustia y mi sufrimiento emocional, no son sino señales de que voy contra mis propias verdades. Hoy sé que eso es… autenticidad.
Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera diferente, y comencé a ver que todo lo que acontece contribuye a mi crecimiento. Hoy sé que eso se llama… madurez.
Cuando me amé de verdad, comencé a comprender por qué es ofensivo tratar de forzar una situación o a una persona, solo para alcanzar aquello que deseo, aun sabiendo que no es el momento o que la persona (tal vez yo mismo) no está preparada. Hoy sé que el nombre de eso es… respeto.
Cuando me amé de verdad, comencé a librarme de todo lo que no fuese saludable: personas y situaciones, todo y cualquier cosa que me empujara hacia abajo. Al principio, mi razón llamó egoísmo a esa actitud. Hoy sé que se llama… amor hacia uno mismo.
Cuando me amé de verdad, dejé de preocuparme por no tener tiempo libre y desistí de hacer grandes planes, abandoné los mega-proyectos de futuro. Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero y a mi propio ritmo. Hoy sé, que eso es… simplicidad.
Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón y, con eso, erré muchas menos veces. Así descubrí la… humildad.
Cuando me amé de verdad, desistí de quedar reviviendo el pasado y de preocuparme por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es donde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez. Y eso se llama… plenitud.
Cuando me amé de verdad, comprendí que mi mente puede atormentarme y decepcionarme. Pero cuando yo la coloco al servicio de mi corazón, es una valiosa aliada. Y esto es… saber vivir!
No debemos tener miedo de cuestionarnos… Hasta los planetas chocan y del caos nacen las estrellas.
Cuando me amé de verdad, pude percibir que mi angustia y mi sufrimiento emocional, no son sino señales de que voy contra mis propias verdades. Hoy sé que eso es… autenticidad.
Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera diferente, y comencé a ver que todo lo que acontece contribuye a mi crecimiento. Hoy sé que eso se llama… madurez.
Cuando me amé de verdad, comencé a comprender por qué es ofensivo tratar de forzar una situación o a una persona, solo para alcanzar aquello que deseo, aun sabiendo que no es el momento o que la persona (tal vez yo mismo) no está preparada. Hoy sé que el nombre de eso es… respeto.
Cuando me amé de verdad, comencé a librarme de todo lo que no fuese saludable: personas y situaciones, todo y cualquier cosa que me empujara hacia abajo. Al principio, mi razón llamó egoísmo a esa actitud. Hoy sé que se llama… amor hacia uno mismo.
Cuando me amé de verdad, dejé de preocuparme por no tener tiempo libre y desistí de hacer grandes planes, abandoné los mega-proyectos de futuro. Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero y a mi propio ritmo. Hoy sé, que eso es… simplicidad.
Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón y, con eso, erré muchas menos veces. Así descubrí la… humildad.
Cuando me amé de verdad, desistí de quedar reviviendo el pasado y de preocuparme por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es donde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez. Y eso se llama… plenitud.
Cuando me amé de verdad, comprendí que mi mente puede atormentarme y decepcionarme. Pero cuando yo la coloco al servicio de mi corazón, es una valiosa aliada. Y esto es… saber vivir!
No debemos tener miedo de cuestionarnos… Hasta los planetas chocan y del caos nacen las estrellas.
'Charles Chaplin'.
sábado, 12 de mayo de 2012
viernes, 4 de mayo de 2012
Pensar que todo ser humano quiere tocar el cielo con las manos y yo lo estoy
abrazando.
Un parche para mis heridas; la cima en la montaña de la vida: lo encuentro
todo en su sonrisa. Y he sentido en la
vida, mil emociones distintas pero, juro, ninguna llegó tan lejos en mi alma. Y
es el ángel que le escapó a Dios de las manos y a la tierra ha venido a parar.
Es peligroso mi mundo, pero te voy a cuidar.
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