
Ya está. Decidido. Voy a ser mala.
Estoy cansada de ser buena, de pensar en el bien de los demás y no en el mio, de sonreír ante las malas caras, de callarme todo lo que pienso, de dejar que me pisoteen y de sufrir en silencio.
De qué me vale? De nada, absolutamente de nada. Si parece que nadie se da cuenta de los sacrificios que se hacen por ellos, o de la ayuda que se les da. Se supone que está bien hacer cosas por los demás sin esperar nada a cambio, es una actitud muy buena.
Pero al final no puedes más. Estás entregando media vida y todos tus esfuerzos por gente que luego no se para a pensar en lo que ellos le tienen que dar al otro. Por gente que sólo quiere recibir, recibir y nada más que recibir.
Son personas que hacen lo que les apetece, no lo que tienen que hacer. Sólo piensan en su bien y no se preocupan por los demás, si están solos, o tristes, o simplemente quieren un poco de ayuda.
Y lo peor es que nadie se da cuenta de lo que haces por ellos. Todo lo que entregas es imperceptible a sus ojos.
Por eso, voy a mirar por mi propio bien, haré lo que quiera, no lo que se supone que se espera de mi, o lo que está bien.
Soy joven, y a partir de mañana, egoísta.
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