
Él no es mi mundo. No es mi sueño ni mi motivo para levantarme. Su voz no suena en mi cabeza todo el día. No seré quién él quiera que sea. Y no, su mirada no me hace grande. Pero a pesar de todo esto, hay algo que me hace caer cada vez que lo miro y me mira. No es tan cierto, que yo vivo como quiero, más bien hago lo que puedo, viviendo a la sombra de su amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario