martes, 6 de julio de 2010

A veces, la tristeza se apropia de nuestro ser y hace estragos que no podemos detener.
A veces, la tristeza golpea con tanta insistencia que aunque no querramos, ingresa sola.
A veces, la tristeza es como pétalos marchitos.
A veces, la tristeza nos aleja de aquellos a quienes amamos...
A veces, la tristeza se anida en ti y tú te derrumbas sin saber.
A veces, la tristeza te golpea en lo más profundo de tu corazón, quizás es que te está probando...
A veces, la tristeza anula tu esperanza y sientes tanto frío que tiritas...
A veces, la tristeza es el peor vacío que un ser puede sentir.
A veces la tristeza hace que el silencio sea como lanzas lanzadas a tu corazón.
A veces, la tristeza se adhiere a tu alma e intentas salir y no ves el camino.
A veces, la tristeza implica recuerdos, heridas no cerradas.
A veces, la tristeza te invade de tal manera que te cuesta soportarla.
A veces, la tristeza hace que el día sea casi negro y que las gotas se apoderen de ti.
Entonces, ¿qué hacer? Lucha contra ella...

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