
A las niñas les enseñan muchas cosas. Si un niño te pega,
le gustas. Nunca trates de emparejarte los flecos. Y un día conoceras a un
hombre maravilloso y tendrás
tu final feliz. Cada película que vemos y cada historia que nos cuentan... nos implora que lo esperemos. El giro del 3er acto. La declaración inesperada de amor.
La excepción a la regla.
A veces nos concentramos tanto en el final feliz... que no aprendemos a interpretar las señales... a diferenciar entre los que nos quieren y los que no... entre los que se van a quedar y los que se van a ir. Y quizá el final feliz no incluye un tipo maravilloso. Quizá el final eres tú,
sola...
recogiendo los pedazos y volviendo a empezar. Liberándote para encontrar algo mejor en el futuro.
Quizá el final feliz sólo consiste en seguir. O quizá este es el final feliz:
saber que a pesar de todas las llamadas y los corazones rotos... a pesar de todos los errores y las señales malinterpretadas... a pesar de todo el dolor y la vergüenza... tú nunca, nunca, perdiste la esperanza.
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